Reseña: Al Oeste de Guantánamo

Autor:       Sergio Naborí
Editorial:  Kindle
Páginas:   82
ASIN:        B008B160M2
Formato:   Ebook

Sinópsis:   No es un diario político ni de acusación sino la historia de un joven negro cubano tratando de vivir una vida normal en un ambiente donde aún imperan los prejuicios raciales, principalmente en la policía, donde basta la provocación de un policía para pasar ocho años de prisión, donde vale más lo que testimonia un policía que las pruebas fehacientes de los hechos, donde un fiscal te puede condenar a ocho años de privación de libertad por “convicción” y no porque tenga las pruebas.

Sergio cuenta no solo su vida en la cárcel, con todos sus abusos, la falta de médicos y medicinas, alimentación, higiene y respeto a los Derechos humanos, sino también su vida en la calle, tratando de subsistir diariamente con artimañas para poder mantener y crearse una familia.

Esta publicación es un homenaje a él, a sus sacrificios, a sus penurias, a todos aquellos, que como él, sufren injustamente prisión en el mundo. No le hará recobrar los años perdidos en la cárcel pero servirá al menos para que el mundo conozca que en Cuba no solo existe Guantánamo, donde hay una Base Naval Americana que ocupa ilegalmente el suelo cubano, la cual fue utilizada como prisión y como centro de torturas de supuestos terroristas, sino también que “Al Oeste de Guantánamo”, a menos de 150 km de esa Base Cárcel, existen la cárcel de Baraguá, de Aguadores, de Mar Verde, de Boniato donde, quizás no se torture con medios sofisticados como en la Base Naval de Guantánamo pero donde también un preso vale poco, donde los carceleros se sienten como dioses y abusan de ellos, donde pasan días y no hay un médico, donde las literas tienen tres pisos porque las mismas están abarrotadas, donde llueve más adentro que afuera, donde afeitan una compañía entera con diez cuchillas, donde muchos presos son inocentes y tantas otras cosas que leerán en este diario historia.


Lo malo: La obra fue escrita para ser un libro físico. Ya sea por falta de precaución del autor o porque lo quiso de esta manera, Al Oeste de Guantánamo posee una gran cantidad de saltos de página en lugares inconvenientes, así como el texto se encuentra formateado para ser impreso, no para aprovechar el formato en Kindle. Esto combinado con la ausencia de glosario (hay más expresiones que las expuestas al final que hacen falta de explicar) tornan la lectura pesada y lenta en algunos tramos. Más precaución con esto, porque esta crítica ya la ha hecho en Miguel Ángel Moreno en su controversial entrada de blog sobre la autopublicación.


Lo incomodo: Para ser el relato verídico de una persona que sufre una injusticia, la obra ofrece demasiadas opiniones políticas. No soy partidario del camarada Fidel, como lo relatan algunos amigos en el país, pero el problema carcelario reflejado, aunque exacerbado por el régimen brutal que se vive en Cuba, no se diferencia del problema que se vive a lo largo de Latinoamerica. Por lo tanto, afirmar que el diario no es un diario político, no evita su orientación y queda a criterio del lector evaluar la veracidad de la afirmación de la sinopsis (que en mi caso considero que no es relevante).

Lo bueno: La limitación de la narración en la cárcel contrapuesta a los largas jornadas narrativas del protagonista nos da testimonio del sufrimiento del narrador. De esta forma, el contraste entre la libertad (que tiene títulos) y la cárcel (que se lleva por días) nos da un crudo testimonio del horror que produce esta cárcel, donde continúa lloviendo aún cuando haya parado la lluvia, donde apenas se vive y no existe cuidado sanitario disponible o derecho humano que valga.

Mi opinión: La obra es un poderoso relato, digno de ser compartido con los admiradores del régimen en Cuba. Aunque lo van a tildar de burgués y falaz, lo que conocidos y amigos que han estudiado en la Cuba informa es que a pesar de lo que el régimen exporta en médicos y avances es solo una fachada. Como muchos de sus antecesores de la Guerra Fría, la estabilidad externa del régimen depende de conservar esta fachada. Por cuanto tiempo pueda lograrse es sólo cuestión de tiempo. Pero tarde o temprano, Cuba dará la vuelta al ciclo de la historia. Por esta razón recomiendo esta historia, como una versión independiente de los hechos que se convertirán en historia.

Feliz lectura!

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